Como
una necesidad más allá de lo estético. La ciudad de los techos verdes, se
encontrará repleta de hiedras y jardines casi aéreos. En búsqueda de las
plantas con características idóneas, para la convivencia con las altas condiciones
de polución en las que se desarrolla el hombre en la urbe, y creando
legislaciones necesarias. La ciudad de Barquisimeto,
logrará un aire puro recreando la selva dentro de la ciudad. En los muros
ciegos de muchas de las edificaciones que surgen de los suelos guaros, las
enredaderas cubrirán y refrescarán nuestra ciudad. Las azoteas, que a manera de
terrazas coronan los cielos de esta tierra prodigiosa serán reforzadas y
transformadas en jardines con árboles
que regalen sombras y césped como manto delgado, para obsequiarnos así
un nuevo espacio que poco a poco se alimente de los espacios muertos,
inhabitados, olvidados, inaccesibles. Que esta gran mancha verde devore a toda
la ciudad, de este a oeste. Que el color verde identifique a Barquisimeto y la selva de concreto sea
dominada por el hombre, como si la llanura de esta meseta se hubiese levantado
en bloques caprichosos manteniendo su vegetación y clima.
1 comentario:
suena como un futuro paralelo al nuestro, gracias por hacerme sonreír en este panorama tan bello, si no te molesta, volveré a este escenario mientras sueñe despierta a diario:)
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